Curso e-Druida

SABER DE FARMA

Otras vías y sus formas farmacéuticas

Rosa Luna Reina

 

Vía nasal

Además de para respirar, la nariz también se puede utilizar para la administración de fármacos. Merece la pena distinguir dos tipos de administraciones nasales:

  • Acción local: el fármaco actúa en la propia mucosa nasal. Se utiliza para fármacos antihistamínicos, antiinfecciosos o vasoconstrictores que sirven para disminuir la producción de moco.
  • Acción sistémica: se busca que el fármaco atraviese la mucosa nasal y se absorba para que ejerza su acción por todo el organismo. Se suele utilizar para fármacos de naturaleza proteica que no se puede administrar por vía oral.

 

Nos vamos a centrar en los fármacos de acción sistémica. En principio, la mucosa nasal no es una zona adaptada para la absorción de sustancias, a diferencia de la mucosa intestinal, por lo que la absorción va a estar muy limitada. Este hecho hace que solo se puedan administrar así algunos fármacos muy concretos.

 

Por otro lado, en la administración nasal hay un problema muy espacial, el aclaramiento mucociliar. Sin entrar en detalles, el interior de la nariz no es un mar en calma precisamente, toda la mucosa cuenta con unos pequeños cilios (estructuras parecidas a pelos muy pequeños) que ejercen un movimiento de arrastre hacia la faringe, como si fuera una ola. De esta manera, cuando se deposita una sustancia extraña en la nariz poco a poco se va desplazando hacia dentro hasta que se vierte en en el tubo digestivo y se pierde. En el caso de los fármacos, el hecho de que exista este aclaramiento mucociliar supone que una parte de la dosis administrada no se va a absorber.

Como ejemplo de esta forma de administración podemos destacar Minurin (desmopresina) para el tratamiento de la diabetes insípida o Synarel (nafazolina) para los tratamientos de reproducción asistida.

 

Vía rectal

La administración de fármacos por vía rectal, es decir a través del ano, se considera actualmente una alternativa al resto de vías. Como inconveniente principal destaca la incomodidad que supone a los pacientes, aunque también tiene otros problemas como la absorción variable del fármaco o que los excipientes pueden resultar irritantes.

 

Sin embargo, puede estar indicada en algunas situaciones muy particulares:

  • Acción local: fármacos que ejercen su efecto en la parte final del colon. Por ejemplo laxantes o fármacos indicados en enfermedades inflamatorias intestinales.
  • Situaciones de emergencia: cuando no se puede utilizar la vía oral. Por ejemplo la administración de diazepam en crisis convulsivas de niños.
  • Analgésicos y antiinflamatorios: se siguen utilizando en algunos casos fármacos como paracetamol o indometacina en niños.

 

La presentación que más se utiliza en la vía rectal es el supositorio. Se trata de una forma farmacéutica de consistencia sólida y forma cónica, con un extremo redondeado para facilitar la administración. Además, debe estar formulado para fundirse una vez administrado, es decir a una temperatura de 37 grados, para poder liberar el fármaco al medio y absorberse correctamente.

 

Vía transdérmica

Se trata de una forma de administración dérmica pero en la que el fármaco llega hasta la circulación sanguínea consiguiéndose así un efecto sistémico. Forman parte de los llamados sistemas de liberación controlada, los cuales permiten el control posológico y la liberación constante, sostenida y controlada del fármaco durante un período determinado de tiempo.

Esta forma de administración en parches presenta varias ventajas, entre las cuales se encuentra la comodidad que supone para el paciente su fácil administración. El fármaco, al ser de acción prolongada, permite intervalos posológicos más amplios de manera que el paciente no tiene que estar cambiando el parche todos los días. A esto se le suma que en cualquier momento que se requiera puede retirarse suspendiendo así la liberación del fármaco.

Las reacciones adversas más frecuentes que presentan los parches  son reacciones cutáneas leves que ceden cuando se retira el parche. Por este motivo es aconsejable ir cambiado la zona  de aplicación para evitar la aparición de reacciones adversas.

 

 

Esta forma farmacéutica está restringida a un reducido número de fármacos ya que requieren que estos puedan atravesar la piel, y no todos presentan esta característica. Los fármacos que podemos encontrar frecuentemente en esta presentación son:

 

  • Nitroglicerina: Para la prevención de la angina de pecho.
  • Escopolamina: Para la prevención y tratamiento de la cinetocis.
  • Etinilestradiol-norelgestrometina: Anticonceptivo hormonal
  • Estradiol: Para el tratamiento de los síntomas asociados a la menopausia
  • Fentanilo: Para el dolor crónico.
  • Nicotina: Para dejar el tabaco.
  • Rivastigmina: Tratamiento para el Alzheimer
  • Rotigotina: Tratamiento para el parkinson.

 

Un parche transdérmico es un sistema multicapa. La diferencia principal entre los diferentes tipos de parches transdérmicos radica en la forma en que el principio activo se encuentra almacenado y en el sistema de control de la liberación del fármaco. Básicamente, encontramos tres tipos:

 

1. Sistema reservorio de membrana

El fármaco se encuentra en un reservorio líquido o semisólido y se va liberando a través de una membrana de manera controlada.

 

 

2. Sistema matricial o monolítico

El fármaco se encuentra en una matriz y se va liberando mediante difusión a través de ella sin existir ninguna membrana.

 

3. Sistemas mixtos

Sistema en el que el fármaco se encuentra en una matriz y a la vez existe una membrana que controla su liberación.

 

¿Se pueden cortar los parches?

Una duda muy frecuente es si los parches pueden ser fraccionados cuando sea necesario administrar menos dosis. Siempre se debe preguntar a un médico o farmacéutico antes para que pueda comprobar si está permitido hacerlo o puede ser perjudicial.

Sin embargo, en el caso de los parches de tipo reservorio nunca se deben fraccionar o partir. El fraccionar un parche supone la rotura de la matriz o reservorio, perdiéndose así el control de la liberación del fármaco, por lo que se puede producir una sobredosificación.

 

 

¿Qué hemos aprendido?

  1. la vía nasal puede ser una alternativa para la administración de algunos fármacos de naturaleza proteica.
  2. Los supositorios se utilizan siempre vía rectal aunque actualmente están en desuso.
  3. Los parches son de aplicación dérmica pero de acción sistémica, ya que el fármaco consigue llegar a sangre.
  4. Se recomienda cambiar la zona de aplicación de los parches para así evitar reacciones adversas locales.

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